Querida Laura:
Seguramente te extrañará recibir esta carta después de tanto silencio, pero ocurre que acabo de ver cómo un enamorado de película te pegaba dos tiros y te enviaba al otro mundo. Sí, ya sé que las cosas que ocurren en el cine son mentira, pero sigo siendo un supersticioso irremediable y quiero comprobar si sigues aquí, en la Tierra, aunque sea de tapadillo con ese nombre de artista que te has puesto. Por cierto, tu asesino no estaba nada mal, pero la protagonista y su galán eran impresentables. Como no sé dónde paras, envío esta carta a Sevilla.
El sur, Víctor Erice
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