A finales de octubre vinieron mis amigas Cristina y Paula a Malmö y decidimos pasar un día en Lund, una ciudad a más o menos 10 minutos en tren desde aquí y que se supone que es de las más antiguas de Suecia. Yo ya la había conocido en verano y me había enamorado de sus puertas de colores rodeadas de flores y su tranquilidad, pero tenía ganas de volver y explorarla más. Y creo que elegimos la fecha adecuada, ya que estaba aún más preciosa con los colores del otoño (porque, además, aquí el otoño es otoño de verdad).